La abuela Isabel Teresa, Carla y Eudy vivieron una experiencia maravillosa, cuando se detuvieron a contemplar la Laguna de Taiguaiguay en el estado Aragua
-Abuela, esta laguna me recuerda los cuentos de hadas, las historias de aparecidos. Me parece que en cualquier momento puede saltar un duende de esas aguas.
-Carla ¡qué imaginación la tuya! Tienes suficiente para escribir un cuento. Esta laguna es muy bella de verdad y también ha sido inspiración de poetas y de músicos. Tú podrías escribir algo sobre ella.
-¡Claro! Seguro que le contarás a tu diario lo de esta puesta de sol que estamos viendo en este momento -comentó Eudy, quien tampoco abandonaba su cuaderno de notas.
Y continuaron los tres, acompañados de su inspiración, recorriendo diferentes lugares hasta llegar a Magdaleno, un sitio que se ha hecho famoso por el trabajo artesanal que realizan muchos de sus pobladores. Se detuvieron para ver muchas cosas: muebles de madera y de hierro forjado, vajillas de cerámica, móviles, juguetes de madera.

-Abuela, parece que te pusiste triste viendo estas cosas. Te veo como con los ojos aguaditos ¿qué te pasa?
– No Carla, lo que me pasa es que recordé unos versos, que yo le hice a un caballito de madera. Todas estas cosas me los hicieron recordar. Se los voy a decir. Yo lo llamé Caballito de San Juan. Vamos a ver si me acuerdo:
CABALLITO DE SAN JUAN
Caballito de San Juan
que galopas por la tierra
por el aire y por el mar
Que te montas en avión
para asustar a las nubes
Caballito de San Juan
que saltas de la alegría
Y te pones triste
si tus amigos se van
Me pregunté:
¿cuánto tiempo tendría yo sin jugar?
Que tú, al verme, arisca y apurada
y displicente quizás,
te metiste en mis ojos,
te instalaste en mi pecho.
Y no quisiste salir más.
-¡Ay abuelita, eso te quedó demasiado bonito! ¿Verdad Eudy?
Pero Eudy no respondió con palabras. Se acercó a la abuela, le dio un abrazo muy, muy fuerte y la besó en la frente. Y en medio de toda esta emoción, culminaron el paseo por el municipio Zamora del Estado Aragua, con ganas de volver muy pronto.
Cuando estaban en el silencio de la habitación, por la noche, Carla encendió la luz de la mesita de noche y escribió unas líneas en su diario:
“Hola mi querido Diario, hace días que no te escribo, no pienses que te abandoné, lo que sucede es que a veces, después de los paseos, llegamos un poco cansados y me duermo rapidito; pero quiero decirte que estoy muy feliz. Todo me parece tan bonito. Hoy vistamos Villa de Cura y Magdaleno y la Laguna de Taiguaiguay. Me gustó la laguna y creo que allí hay duendes. Además de conocer a muchos artesanos, descubrí que mi abuela es poetisa y eso me parece lindo. Chao Diario. No puedo seguir escribiendo porque voy a despertar a mi abuelita y a Eudy. Te doy un besito. Hasta pronto.”
Carla.
Hermoso el caballito de San Juan . Y siempre que pase por esa laguna me fascino.
Abrazos
Gacias Alix querida! Otro abrazo para ti.